Que curiosas son las agujetas, si no las tenemos después de hacer ejercicio, pensamos que a lo mejor el ejercicio no ha sido eficaz, y si las tenemos, nos asustamos por si es una lesión.

Déjame que te cuente curiosidades y te enseñe de una vez por todas qué son las agujetas. Para que la próxima vez que las tengas, no te asustes y sonrías.

¿Qúe son las agujetas y cuánto duran?

Voy a definir coloquialmente las agujetas para que sepas de que te estoy hablando: Agujetas (pinchazos o dolor que se siente en los músculos después de una actividad física).

Las agujetas pueden aparecer en cualquier lugar donde haya musculo

Para mí, las agujetas son casi el enemigo nº 1 de las personas que empiezan hacer ejercicio. Y te preguntarás: ¿por qué?

Por mi experiencia como instructora cuando una persona empieza a hacer ejercicio, normalmente a las 24/48 horas suele tener agujetas y si no sabe realmente lo que son, como duelen y molestan, suele asustarse y es más reticente a volver a hacer ejercicio. Es más, conozco gente que tras 1 sola sesión de ejercicio lo ha abandonado para siempre por unas simple agujetas.

Una de las características de las agujetas es que no distinguen ni sexo, ni edad, se producen en todos los seres humanos. El único elemento diferenciador es que la persona esté en mejor o peor forma.

A peor forma física más durarán las agujetas

La duración depende del tipo de ejercicio que hayas realizado y de la condición física de cada uno. Pueden durar horas e incluso 1 semana.

Si entendemos qué son y cómo combatirlas perderemos el miedo a tener agujetas

¿Por qué se producen?

Durante décadas se pensaba que las agujetas se producían por la cristalización de lactato en los músculos, pero era una teoría equivocada. Aunque existen todavía incógnitas sobre sus causas, el disparador principal siempre será el daño muscular.

Los actuales estudios apuntan como principal causa a una reacción inflamatoria en respuesta a las microlesiones (pequeñas roturas) musculares y tendinosas que se producen, al no estar el músculo adaptado a la intensidad del ejercicio.

Es decir, el músculo hace un ejercicio de intensidad al que no está acostumbrado, se producen microlesiones o microrroturas musculares y tendinosas, lo que hace que se acumulen gran cantidad de metabolitos (desechos), que dan paso a una reacción inflamatoria e irritan las fibras nerviosas produciendo dolor.

Por otro lado, las agujetas tienen además un componente neuronal. El ejercicio no entrena solo los músculos, también el sistema nervioso, y esto puede ser doloroso (al sensibilizar los receptores nerviosos). De hecho las agujetas se pueden «contagiar» a músculos no ejercitados pero conectados a los mismos segmentos de la médula espinal.

Sé que todo esto suena un poco tremendo pero no es nada malo ni irreversible y es totalmente natural.

¿Te crees que los deportistas no tienen ese dolor cuando acaban de entrenar? Pues sí lo tienen pero saben cómo combatirlas y no las tienen miedo ya que forman parte de la anatomía humana. Los deportistas están acostumbrados al dolor, a las lesiones, al cansancio… y eso les hace más fuertes mentalmente.

El dolor también es un estado mental

¿Te cuento un secreto? a los que practicamos ejercicio intenso y variado, nos siguen saliendo agujetas, y es porque jugamos con las intensidades y el progreso (cargas más altas, ejercicios más demandantes…). Se podría decir que las agujetas son parte natural de la evolución de tu forma física.

Remedios que funcionan

Lo primero decirte que antes de una sesión de ejercicio es conveniente calentar de forma dinámica y después del ejercicio estirar todos los músculos. Hay que tomarse su tiempo pues eso sí que nos va a prevenir de lesiones, y de unas agujetas más intensas.

Y ahora sí, te doy algunos remedios que suelen funcionar tras la aparición de una agujetas:

– Si las agujetas son muy muy intensas lo conveniente es dejar el entrenamiento y reposar algunos días. Intentar no tomar pastillas para el dolor si no te las receta un médico.

– En muchos casos es recomendable realizar el mismo tipo de ejercicio pero de forma suave, porque al seguir ejercitando el músculo afectado, la circulación sanguínea es mayor y se acelera la cicatrización de esas microrroturas.

– Los baños fríos (crioterapia), los baños de contraste frío-calor ayudan a aliviar las molestias y mejoran la circulación y la regeneración muscular. E incluso un baño con una infusión de tomillo en el agua del baño.

– Estira todos tus músculos con una sesión de Yoga. Aunque suene obvio, los estiramientos son súper importantes para evitar que las agujetas te hagan la vida imposible y desaparezcan antes.

– Hidratarse mucho, principalmente de agua.

– Nutrición adecuada y anti inflamatoria: Piña. Cúrcuma (un gran anti inflamatorio natural) en las comidas o tomar leche dorada (por ejemplo). Leche. Alimentos ricos en Omega-3: salmón, nueces. Arándanos son ricos en antioxidantes y reducen la inflamación muscular.

Como consejo te recomiendo que abandones la antigua y falsa creencia de que beber agua con azúcar quita las agujetas. Por favor, ante unas agujetas NUNCA, NUNCA beber agua con azúcar.

No sirve de nada, deshidratas al músculo, puede producir enfermedades (tu riñón tendrá que trabajar el doble para eliminar el azúcar y los edulcorantes, si son bebidas compradas). Y perderás todo el beneficio del ejercicio, ya que engordarás y tu músculo volverá a recuperar el azúcar perdido.

Conclusión

Bueno pues ahora ya que sabes que las agujetas son dolor y algo natural, ya no tienes que tenerlas miedo. El dolor es molesto y es desagradable sí pero tienes dos opciones: hay gente que las odia y se pasa el día quejándose y con mal humor, y hay gente que las ama y se hace más fuerte y resistente mentalmente al dolor. Tú decides cómo posicionarte ante el dolor.

Por si quieres saber más, en el siguiente vídeo te explico qué son realmente, como identificarlas y saber diferenciarlas ante una lesión. Haz los consejos que te indico en el vídeo y observaras, en comparación con otras veces, que éstas se reducen antes y que no es tan desagradable el dolor.

Quédate con la idea de que has hecho ejercicio y que el cuerpo siempre te lo agradecerá. El esfuerzo tendrá recompensa en tu salud.